viernes, 15 de mayo de 2015

Bitácora de viaje: Alcalá de Henares, Cervantes y la evasión

Tengo días escribiendo y reescribiendo la entrada sobre Madrid y hoy sé porqué no puedo con ella, porque a esta ciudad la redescubrí, y este deslumbramiento que conservo aún hoy, debe ir con agradecimientos que lleven nombre y apellido y merecen cerrar la bitácora, así que me salto la Villa para llegar a Alcalá de Henares, lugar de nacimiento de Miguel de Cervantes.
Foto: Efrén Guerrero

Mi cómplice Efrén y yo nos enrumbamos a esta ciudad en un tren desde Atocha.  Antes de salir entramos en una especie de cámara que recogía las palabras de cientos de personas que se sintieron conmovidos con los atentados del 11 de marzo del 2004, y que expresaron sus condolencias con mensajes breves.  El lugar es silencioso y muy azul; tiene un aire extraterrestre y la presión del aire es distinta para sostener la tela en la que están impresos los mensajes y que funciona parecido a un globo de aire caliente.  El lugar fue erigido en el mismo lugar en donde sucedió la explosión, así como se hizo en las otras estaciones.  A pesar del color, lo que se siente al entrar no es tristeza, al contrario, es esperanza, esperanza porque lo que pasó ese día no se olvidará, porque los españoles decidieron que esté presente en sus vidas, porque quienes escribieron una línea a los familiares de las víctimas lo sintieron hace 11 años y sus palabras siguen escritas hoy. 
Hay que creer en el poder de la memoria histórica y este lugar me llenó, si cabe la palabra, de fe.

Mensajes 11-M

Continuamos el día con otro incidente, pues tuvimos que desviarnos para llegar a Alcalá de Henares porque un señor mayor cayó en las vías del tren y no pudieron hacer nada.  Obviamente, estas cosas no se informan por altoparlante, pero las “googleas” y encuentras la notificación de la policía en algún medio.  Le pregunté a mi amigo si esto pasaba a menudo y me dijo que más de lo que él quisiera: es una muerte rápida.  Me contó también que una mujer hace un par de semanas había empujado a su pareja, así que ese pensamiento no me abandonó en todo el resto del viaje, y a todos mis amigos, en otras ciudades en las que estuve, les pregunté por los accidentes en los trenes y es cierto, ocurren mucho.

El interior del tren en un momento se convirtió en un episodio de "The walking dead".  Confundido, un señor mayor golpeaba la puerta del conductor para que detenga la marcha, una mujer embarazada le gritaba que se calme porque podía provocar que nos pase algo, la gente que no se enteró que el tren cambiaba su ruta habitual estaba enfurecida y tenían razón.  Los pasajeros se preguntaban y repreguntaban si el tren iba al lugar donde debían llegar.  Sin excepción, todos coincidían en un pensamiento: los atentados del 11-M.  “Mi hermana se quedó dormida y perdió ese tren”, nos contó una mujer, “estábamos desolados”.


Dario y Efrén
Luego de que los humos se calmaron, y de un par de horas, llegamos a Alcalá de Henares y nos encontramos con Dario, un gran personaje, ganador del libro leído del Quijote, además.  Yo llegué con muchísima ilusión porque la vida conocida cambia después de la lectura del Quijote.  Y eso fue lo que sostuvo mi visita, porque en Alcalá no hay nada más que ver.  Nada de nada.  La casa natal de Cervantes, la universidad en la que se presume se doctoró Lope de Vega, y si contamos los tapeos como parte del plan, pues eso, porque en dónde más, sino en el lugar natal de Cervantes, se puede ofrecer una tortilla deconstruida con jamón ibérico.  
(???)



















Ah, mención aparte las cigüeñas y sus nidos gigantes en los techos de todo edificio respetable.
Cigüeñas everywhere

Yo leí por primera vez el Quijote el año pasado. Había leído alguna aventura, pero no las dos partes completas.  Honestamente, la segunda parte es mi favorita.  Soy fan de Sancho Panza y después de su actuación como Gobernador de Barataria votaría por él para Presidente de Ecuador.  Leí el Quijote para una materia de la universidad y fui parte del último grupo en tener el privilegio de leerlo con la guía de la maestra Cecilia Ansaldo, apasionada del Quijote, y como parte de mi tutoría me asignó la investigación de Ginés de Pasamonte, un hombre que cambia de color tres veces entre las dos partes de la obra; un personaje que los estudiosos han concluido que existió y que bien podría ser el Avellaneda que osó escribir la segunda parte del Quijote antes que Cervantes. 

Con este preámbulo, entré en la casa natal en la que efectivamente no, no hay mucho que ver, más allá de saber cómo vivía un complutense en esa época, nada sobre el Quijote a excepción de unas ilustraciones contemporáneas de este personaje, pero algo de historia exclusivamente de Don Miguel, no; sin embargo, a la vida le gusta darme regalos, y en la última habitación de la casa se había montado una exhibición de títeres que recrean la obra de Melisendra y Don Gaiferos, en donde el titerero, Maese Pedro, es uno de los personajes en los que transmuta Ginés, mi personaje.

Foto: Efrén Guerrero
Con ese regalo y la foto entre Don Quijote y Sancho Panza, me di por bien servida en Alcalá de Henares.  Aunque tengo que añadir que uno de los mejores momentos fue ver un afiche sui generis de la visita de los astronautas Armstrong, Aldrin y Collins a Madrid, y entrar en una biblioteca que anteriormente había sido el lugar en donde se acogió al cautivo Miguel de Cervantes, luego de rescatarlo en Argel.


Ole Astronautas...
Mi cara al regreso no era de desilusión, pero de comprensión del porqué Cervantes escribió la obra más importante de la literatura universal habiendo vivido en un lugar así.  Si en Alcalá no pasa nada, Cervantes hizo que pasará a través de la evasión.  Así que gracias, Alcalá de Henares, por ser la casa del creador de la novela moderna y por hacer que la pasividad de estas calles funcionara a favor de la literatura y diría yo, de la humanidad.


Don Miguel


Libro recomendado: obviamente La aventuras del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, y no olvidemos que este año se celebran los 400 años de publicación de la segunda parte de este libro, mi favorita.

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